El Coaching en la época actual se
ha convertido en una herramienta valiosa para el desarrollo personal y también
para el trabajo en equipo, situación que lo posiciona como objeto trascendental
en la asesoría, se presenta como práctica emergente que tiene por objetivo
principal asistir a las personas, equipos y organizaciones con el fin de
desarrollar habilidades, mejorar su autonomía y lograr resultados más allá de
lo que podrían alcanzar por sí solos, como lo expresan Echeverría y Pizarro (2004),
“expandir la capacidad de desempeño de su gente y conferirles mayores espacios
de autonomía para qué logren comportamientos en los que muestren lo mejor de sí
mismos” (p. 2). Es decir, hacer que la persona dentro de la organización se
sienta autónoma, interdependiente y con propósito.
En consecuencia, valdría la pena responder
la siguiente interrogante ¿cómo se dinamizan los cambios positivos en las
organizaciones a través del Coaching?
La respuesta a esta inquietud,
pasa por comprender la metódica del Coaching dentro de las organizaciones. Esta
se basa en lograr que la gente se haga consciente de sus puntos de quiebre e
identifique sus objetivos y sus valores, como esencia para lograr el cambio; se
trata de ayudarle a dirigir su vida. En este sentido, el coach acompaña el
proceso de restructuración interna de la persona mediante la confrontación de
las creencias limitantes, los hábitos, y los miedos; como manifestaciones del
referente íntimo, que paralizan por lo general la capacidad de pensar, sentir,
elegir y crea. Es tener presente que para el cambio se necesita descubrir la
importancia que tiene el punto de quiebre, como una alternativa de aprendizaje
para la transformación personal y por ende del equipo.
En este proceso la intervención organizacional
no se lleva como asunto terapéutico, si no como un proceso de aprendizaje y de
reestructuración de equipos que trabajan juntos para alcanzar metas cimentadas
en las raíces de la autonomía, de allí que el factor determinante para comenzar
el proceso de Coaching es la apertura que tiene el cliente (la organización) para
decidir quién va a ser su coach, en función de lo cual se otorga confianza al
coach para involucrarse con las situaciones empresariales y personales de su
talento humano y mostrar al desnudo los puntos de quiebre. Esto conduce a la reflexión
personal de reconocer que algo no funciona, es una apertura al alma de lo
declarado como tal y en consecuencia actuar para mejorar.
La apertura da al coach la
oportunidad de escudriñar y mirar desde afuera la situación que debe ayudar a
dilucidar, lo que significa llevar a los integrantes de la organización a darse
cuenta de sus debilidades, a vislumbrar objetivos y a generar su plan de acción
para crear el cambio positivo. Esto suele implicar la creación de una visión de
futuro o de un ideal al que aspira el equipo, empoderarse de su misión, su
visión y sus valores. Saber hacia dónde se dirigen, en que quiere convertirse a
largo plazo, y cuál es el compromiso personal para ayudar a fundar las bases de
la cohesión del equipo.
El compromiso personal constituye
la premisa que sustenta la esencia del Coaching, y que permite al coach liberar
el potencial del talento humano de la empresa, para incrementar al máximo su
desempeño. No obstante, ese liderazgo debe ser asumido con neutralidad a fin de
respetar las decisiones de su cliente.
Otro factor importante del
Coaching es la determinación de estrategias para llevar el proceso. La
estrategia se fundamenta en la formulación de preguntas poderosas, es hacer
interrogantes adecuadas en el momento adecuado, con el propósito de identificar
el impacto que estas crean en el otro. Con la interrogante se propicia en el
cliente la reflexión y la búsqueda de acciones para solucionar problemas y
lograr cambios.
Las acciones del coach también
deben considerar que las personas y/o los miembros del equipo tienen
recursos y soluciones a los temas que plantean, y que con estos insumos se
ayudará a su cliente a encontrar las respuestas que le permitirán identificar
objetivos organizacionales, profesionales y personales.
En función de los antes expuesto,
pude interpretarse que el desarrollo de una adecuada estrategia persigue potenciar
las competencias en gerencia estratégica, enfocadas en el liderazgo
transformador con el propósito de lograr el éxito del equipo.
Esto exige al coach involucrar
cualidades personales y profesionales relacionadas con: (a) conocimiento amplio
en la metódica del Coaching; (b) claridad para reconocer que el coach no
resuelve problemas sólo facilita el crecimiento de cliente para que éste haga
frente a sus propios desafíos; (c) conciencia y criterios bien sustentados para
reconocer y evaluar los resultados esperados por el coachado. (c) valores que
lo distingan como persona confiable orientada al respeto; (d) ocuparse del
cliente de tal modo que genere una atmosfera sinérgica que permita una relación
de iguales; y (e) capacidad de escucha, con el desprendimiento total de hacer
juicios de valor sobre los temas traídos a las sesiones de Coaching.
Estas Competencias se
complementan por las descritas por Duhne (2007): “como son el respeto a la
persona a la que se aplica el Coaching; desarrollo de la autonomía de la
persona acompañada; fuerte dimensión individual; consideración de las emociones
que manifiesta el individuo; así como la reflexión sobre el sentido en la
acepción del término; y razones de sus comportamientos y deseos de cambio”.
En correspondencia con lo
señalado, se evidencia una ventaja competitiva al ofrecer el Coaching para trabajar
en equipo, ya que da apertura a la magia
del aprendizaje individual, colaborativo y en equipo, abre la puerta a la
co-creación de una gestión efectiva basa en el reaprendizaje sostenido, lo que
implica la responsabilidad de las personas de la organización en comprometerse
con las acciones planificadas que den paso a la superación de las creencias
limitantes.
De esta manera, el Coaching en
equipo ayuda en el desarrollo de desempeños positivos, donde las personas se
hacen conscientes de sí mismas, con capacidad para manejar herramientas para
aumentar su capacidad y desarrollar sus talentos en pro del beneficio propio y
del equipo.
Como manifiesta García (2005) el
“Coaching no es una herramienta, es una filosofía y un estilo de vida” (47). De
este razonamiento, se desprende que si las corporaciones piensan en facilitar
el aprendizaje individual y de equipo los cambios se verán reflejados en su
gente y por ende en la productividad. Por ello, el Coaching de equipos se
avizora como un método estratégico debido a su enfoque para lograr las metas en
conjunto y en la posibilidad de desarrollar procesos estratégicos dentro de en
las empresa.
Sin duda, el Coaching de equipo
permite romper el paradigma de que sólo a través de los procesos terapéuticos
clínicos se pueden lograr cambios en las personas. Es indudable, que el trabajo
del coach implica la responsabilidad de acompañar a sus clientes de manera
individual o en equipo para que se logren los resultados esperados. No hay duda
de que la potenciación que hace el coach a través de un proceso de Coaching
redundará en el mejor desempeño del liderazgo, de la productividad, de la
satisfacción y de la eficiencia de los procesos de trabajo. Por consiguiente,
el coach deben tener una serie de competencias para apoyar los cambios personales
y laborales; además, tener en cuenta que el aprendizaje individual llevará a un
aprendizaje de equipo y organizacional.
En resumidas cuentas, el
propósito del Coaching en equipo es ayudar a las personas a mejorar su
desempeño profesional, a priorizar sus metas, a desarrollar sus fortalezas y a
tener una mejor perspectiva de la vida en consonancia con la autoconfianza y la
coherencia entre la corporalidad, la emocionalidad y el lenguaje. “La magia del
Coaching de equipo está en la emoción y la sinergia de trabajar juntos”.
Materiales de Referencias
Duhne, C. (2007). Coaching ejecutivo: una opción práctica para lograr
el desarrollo de la gente. México: Editorial Trillas
Echeverría (2004). El Coaching Empresarial. Venezuela. NewField
Consulting Editores.
García, José (2005). El nuevo empresario del Siglo XXI: el líder
Coach. [Documento en línea consultado 22 de julio 2015] http://www.rrhhmagazine.com/articulos.asp?id=364.